Deliciosas
galletas saladas para tomar con queso, paté o incluso solas.
Ingredientes
175 g de harina normal
1 pizca de guindilla en polvo
1
pizca de sal
125 g de mantequilla sin sal cortada en cubos
200 g de queso rallado maduro
2
cucharaditas de semillas de
alcaravea
1
huevo batido
Preparación
En un
recipiente grande tamizar la
harina, la guindilla en polvo y
la sal. Agregar los cubos de mantequilla hasta que la mezcla parezca pan rallado grueso. También se puede utilizar un procesador de
alimentos.
Agregar el queso rallado a la mezcla, las semillas de alcaravea y el
huevo batido. Mezclar hasta formar una masa suave. Envolver la masa en film transparente y moldear
en forma de cilindro grueso.
Separar la masa y cortar en discos de 1 cm de espesor. Colocarlos en la bandeja y hornear de 15 a 20 minutos o hasta que las galletas estén doradas y crujientes.
Si se va
a usar inmediatamente, enfriar en el congelador durante 10 minutos, de lo contrario poner en la nevera y utilizarla en un par de
días.
Calentar
el horno a 190 º C.
Engrasar
ligeramente una bandeja para
hornear y dejarla a un lado.
Dejar
enfriar sobre una rejilla.
Receta
de Glynn Purnell, sacada del libro Great British Food Revival.
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